La Guerra de Halcón Negro fue realmente la última “guerra india” librada al este del río Mississippi, antes de que las naciones de esa región terminaran por ser sometidas o expulsadas por los estadounidenses.

En el contexto la frontera de las trece colonias se hallaba a unos km de la costa atlántica, entre el río San Lorenzo, el Ohio y los Montes Apalaches, donde se mantuvo estática desde mediados del siglo XVII hasta la consumación de la independencia de los Estados Unidos. Una vez que la nueva nación salió triunfante de la guerra con los ingleses dio inicio una expansión imparable. La Guerra India del Noroeste de 1785-1794 y la Guerra Angloestadounidense de 1812 quebraron la oposición de las naciones de los Grandes Lagos y el río Ohio, poco después las guerras Winnebago y Seminolas redujeron la resistencia a la expansión estadounidense en el sur y centro de la región del Mississippi.

En 1829 los sauks y fox, pueblos que habitaban entre los ríos Illinois y Mississippi fueron expulsados por el gobierno de los EE UU y sus tierras vendidas a colonos para conformar el actual Illinois. Los sauks se dividieron fuertemente entre los que estaban descontentos por abandonar una tierra que llevaban ocupando siglos y los que habían preferido retirarse a iniciar una guerra con los Estados Unidos. En 1831 el jefe Halcón Negro atravesó el Mississippi de vuelta hacia Illinois con su banda, conocida como la Banda Británica. En este momento las fuerzas federales dirigidas por el general Gaines le interceptaron y forzaron a regresar al oeste del río. Halcón Negro aceptó retirarse, pero por poco tiempo, en 1832 volvió a cruzar el Mississippi. Posteriormente se comprobó que un jefe sauk, Neapope, le engañó informando que distintas naciones de los Grandes Lagos y los británicos estaban dispuestos a apoyarlo si iniciaba la guerra con los EE UU. El gobierno de Illinois convocó a la milicia estatal para detener a Halcón Negro. El Ejército de los EE UU retuvo el mando sobre la mayoría de estas fuerzas e insistió en que no se actuara hasta contar con las tropas regulares del general Atkinson, en un acto de impaciencia el gobernador Reynolds ordenó a la milicia del comandante Stillman avanzar antes y frenar el avance de la Banda Británica.

Este encuentro fue el detonante de las hostilidades pues los milicianos actuaron con excesiva prepotencia y violencia. Al elevarse una bandera de tregua de parte de los sauks secuestraron a los emisarios y dispararon a un grupo que les escoltaba a la distancia. Los guerreros de Halcón Negro no perdieron tiempo en lanzarse al ataque, arrasando con la oposición de los hombres de Stillman, que apenas perdieron doce hombres pero en el pánico se retiraron huyendo del campo, dejando allí todos sus abastecimientos y banderas.

A partir de este punto Halcón Negro se aprestó a hacer tanto daño como fuera posible para expulsar a los blancos de Illinois, mientras que en Washington también se descartó cualquier solución alterna a la derrota militar de los sauks, a quienes se unieron pronto los fox, los meskwakis, y pronto también los ho chunk y los potawatomis. Despues de la derrota de Stillman la guerra derivó en una serie de enfrentamientos menores, realmente escaramuzas, pero se propagaron a lo largo y ancho del territorio de Illinois. La banda de Halcón Negro llegó a sumar casi mil combatientes, mientras que por todo Illinois y Wisconsin partidas guerreras potawatomis que operaban independientemente también entraron a la contienda, dando esta amplitud territorial a la guerra. Estas partidas se distinguieron por los ataques a granjeros y poblaciones asentamientos que les habían agraviado en el pasado, tanto estos sucesos como las derrotas de fuerzas milicianas y regulares fueron presentadas como “masacres” por la prensa a la opinión pública estadounidense. En reacción las milicias también cobraban venganza, escalpando a cuanto indígena, combatiente o no, cayera en sus manos.
La campaña final dio inicio en medio de una terrible epidemia de cólera que se expandió por las márgenes del Mississippi y los Grandes Lagos debilitando a ambos bandos. El presidente relevó a Atkinson del mando de las operaciones y nombró en su lugar a Winfield Scott, que llevó una fuerza de 950 hombres hacia Chicago: el cólera y las deserciones terminaron por dejarle apenas 350 soldados al salir de la ciudad. Sin embargo en el inter la milicia de Illinois acorraló finalmente a parte de la Banda Británica en Wisconsin Heights. Hacia este momento el cólera había debilitado también a la gente de Halcón Negro y reducido sus números. Para ganar tiempo y que sus mujeres, niños y ancianos atravesaran el río Wisconsin Halcón Negro y Neapope con apenas 120 hombres enfrentaron a casi 750 milicianos. Perdieron más de la mitad de sus hombres, cerca de 70, pero lograron que los no combatientes cruzaran a salvo.

Totalmente derrotado, Halcón Negro se reunió con la gente que quedaba y se dirigió hacia el Mississippi. Para su mala fortuna un vapor de guerra, el USS Warrior logró interceptarle y abrió fuego contra el grupo, causando numerosas muertes, al día siguiente la milicia y los regulares les dieron alcance. Esta fue la batalla de Bad Axe: como en Washington Heights los guerreros enfrentaron a los estadounidenses para que mujeres y niños atravesaran el río, con el agravante de que el Mississippi era mucho más caudaloso que el Wisconsin y el Warrior se hallaba en la zona, llevando tropas de refuerzo: el resultado fue una total masacre de combatientes y no combatientes. Halcón Negro, separado del cuerpo principal de sus hombres logró escapara, pero apenas dos semanas después, el 27 de agosto, se rindió en Prairie du Chien, Wisconsin.

El fin de la Guerra de Halcón Negro puso fin a los conflictos con los pueblos indígenas del este del Mississippi, después de casi cincuenta años de sucesivas guerras los Estados Unidos eran dueños absolutos de todo el territorio entre el gran río y el Atlántico.