Te haré tu atole, mi niño. Comerás quintoniles tiernos en la mañana y verás que tu Ihtetl ya no te dolerá.
No llores más mi hermosa sangre, mi preciosa carne. Podrás correr con tus Xólotls y aventar piedras que tanto te gusta al lago. Duerme tranquilo mi pequeño.
Tlazolteotl, madrecita amorosa, cuida a mi niño el más tierno, cuida de su vida Señora mía.
Duerme mi linaje fino, mi inmortalidad siguiente cuando yo me vaya, duerme…