Mercenarios de Mayapán


Mercenarios de Mayapán

Hacia 1185 Hunac Ceel Cauich, gobernante de Mayapán declaró la guerra a Chichén Itzá. Para enfrentar a este rival, en ese tiempo la ciudad más poderosa de la península yucateca se valió, según Diego de Landa en su Historia de las Cosas de Yucatán, de mercenarios “mexicanos”, cuya ferocidad y terrible modo de pelear les otorgó la victoria contra el poderoso ejército de los itzáes. Esto se interpretó inicialmente como la presencia de tropas mexicas al servicio de Mayapán. Esto resulta prácticamente imposible debido a que hacia 1200 los aztecas habrían apenas llegado a la cuenca lacustre. No fundaron su capital hasta 1325 y no se convertirían en un poder regional hasta 1440. Los pueblos de habla nahua sin embargo se encontraban en distintos procesos migratorios (que posteriormente serían mitificados) que posiblemente les acercarían a la costa del Golfo y el sur de Puebla. Se ha apuntado con mayor probabilidad a grupos toltecas asentados cerca de la costa del Golfo en Xicalango. Otra teoría es que los mercenarios de Mayapán eran de la región maya de Ah Canul, en el noroeste de la península. Sin embargo la Crónica Matichu especifica: “El décimo tun del 8 Ahau [1194] fue el año en que se dispersaron por causa de Ah Sinteut Chan, Tzontecum, Taxcal, Pantemitl, Xuchuehuet, Itzcuat, Cacaltecat. Estos eran los nombres de los individuos, siete mayapanenses.” Son nombres con un reconocible origen náhuatl.


La evidencia arqueológica, como las representaciones de guerreros en Chichén Itzá (especialmente en su etapa más tardía), Mayapán y los sitios del Altiplano contemporáneos a ambas capitales mayas permiten reconstruir de forma somera los ejércitos de estos imperios en expansión, lo que podría llevar a una comparación, a fin de establecer si el armamento y forma de combate de las tropas del centro de México podrían derrotar a una fuerza maya similar. La respuesta implicaría si los mercenarios de Mayapán habrían sido o no el factor decisivo ante sus rivales. En cualquier caso, hacia 1205, Chichén Itzá había caído ante Hunac Ceel y hasta 1440 Mayapán se convertiría en la entidad dominante de la península de Yucatán acumulando un poder que ninguna ciudad maya había obtenido antes.

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