Sobre el empleo de armas de metal entre los purépechas, citamos el análisis del arqueólogo Marco Cervera Obregón al respecto del tema.

«Los mexicas libraron varias batallas contra los tarascos, que nunca permitieron su avance y dominio del dicho territorio. Mucho se le ha achacado al hecho de que los tarascos usaban armas de metal, pero ya veremos que los factores fueron más allá de éste gran mito de la historia mesoamericana.

El gran enfrentamiento mexica contra los tarascos ha sido motivo de muchas disputas, algunas mal entabladas, así como el mitificado uso de armas de metal que ha brindado a investigadores y neófitos una respuesta simplificada al conflicto. Veremos en el siguiente apartado lo alejado que está de ello, y en gran medida lo sencillo que es el desmitificar y eliminar de la ideología mexicana que las armas de metal fueron el principal motivo de esta derrota.

La campaña contra el imperio tarasco tiene varios factores de análisis independientes del absurdo tema de las armas de metal. Los mexicas contaban con un ejército menos numeroso. Las fuentes menos criticadas argumentan un total de cuarenta mil guerreros frente a los cincuenta mil,. Otro factor es el conocimiento del terreno del lado tarasco.
Sobre las armas se detallan artefactos como el macuahuitl que se dice de un tamaño de a dos varas y otras armas típicas mesoamericanas: arcos y flechas, mazos, etc. En cuanto a las armas de metal debemos hacer algunas anotaciones muy concretas ya que éstas han despertado mucho interés en los investigadores. Desde la perspectiva arqueológica es bastante fragmentaria la información que nos llega. Sabemos que los tarascos fueron uno de los pueblos mesoamericanos que más desarrollaron la metalurgia utilizando varios metales, entre los cuales el más común fue el cobre. El registro arqueológico ha permitido que nos lleguen varios de estos artefactos, sobre todos herramientas como son hachas, cinceles, punzones y anzuelos. También contamos con algunos ornamentos como son cascabeles y hasta pequeñas esculturas; sin embargo el registro arqueológico en realidad es pobre sobre las mitificadas armas de metal.

En el caso del registro histórico [la Relación de Michoacán] se menciona lo siguiente: ‘[…] y toda la gente llevaba unas porras de encina. Otros, en la cabeza de aquellas porras ponían muchas puyas de cobre, agudas […]’. Probablemente hablaban de los quauhololli o mazos a los cuales añadían puntas de cobre. Considerando lo que el limitado registro arqueológico nos ha dejado y analizando las capacidades tecnológicas de una metalurgia que apenas iniciaba, no podemos decir que los tarascos tuvieran la capacidad tecnológica para armar un ejército de cuarenta mil guerreros con armas de metal ¿o sí?.»